Tu tiempo puede trabajar para ti
Marita Abraham
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| maritaabraham.com | Launched: Apr 15, 2024 |
| marita@maritaabraham.com | Season: 3 Episode: 20 |
Cómo convertir tus minutos en dinero
¡Eh tú, maestro del multitasking! ¿Alguna vez has sentido que el tiempo se te escurre entre los dedos como agua en un colador? ¡Pues agárrate, porque vamos a hablar de cómo convertir ese tiempo perdido en dinero en el banco de la productividad!
¿Qué tal si empezamos con esa frase que todos hemos escuchado alguna vez? "El tiempo es dinero". Clásico, ¿verdad? Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar en lo profundo que es eso? El tiempo, esa cosa intangible que parece infinita pero que en realidad es más valiosa que el mejor de los diamantes. Es como si el universo nos estuviera diciendo: "Oye, amigo, solo tienes una cantidad finita de esto, así que mejor úsalo sabiamente".
Imagina que cada segundo que pasa es una moneda que cae en tu bolsillo. Cada minuto, cada hora, ¡ching, ching! Ahí van sumándose. Ahora, ¿te gustaría saber cómo malgastamos esas monedas sin siquiera pensarlo? Bueno, te lo diré: procrastinando, en redes sociales, viendo videos de gatitos en Internet, o simplemente dejando que el tiempo se desvanezca en la nebulosa del "ya lo haré después". ¿Suena familiar? ¡Tranquilo! Todos hemos estado ahí.
Pero no todo está perdido, queridos amigos optimistas. Aquí van unas cuantas pautas prácticas para que conviertas ese tiempo en monedas de oro que harían sonrojar de envidia a un dragón:
- Hazte amigo del reloj: Mide cómo usas tu tiempo en una semana normal. Registra lo que trabajas, te diviertes, lees, tonteas… ¡todo!
- Desintoxícate de las distracciones: Adiós, redes sociales. Chao, Netflix. Es hora de ponerse serios y eliminar esas tentaciones que nos roban el tiempo sin piedad. ¡Puedes hacerlo! Define qué tiempo dedicarás para estos divertimentos y enfoca en ello, resistiendo a sus amables llamadas
- Divide y vencerás: No te agobies pensando en todo lo que tienes que hacer. Divídelo en tareas más pequeñas y manejables. Verás cómo de repente todo parece mucho más alcanzable.
- Establece prioridades: No todas las tareas son igual de importantes. Aprende a distinguir entre lo urgente y lo importante, y actúa en consecuencia.
- Toma descansos estratégicos: No se trata de trabajar sin parar como un robot desbocado. Tómate pequeños descansos para recargar pilas y volver con más energía.
- Aprende a decir no: No puedes hacerlo todo, y está bien. Aprende a decir no a las cosas que no te acercan a tus objetivos.
- Celebra tus logros: Cada tarea completada es una victoria. ¡No te olvides de celebrarlo, aunque sea con un bailecito en tu silla!
¿Estás listo para darle un impulso turbo a tu productividad? Pues prepárate, porque ahora vamos a hablar de identificar esas tareas que te hacen ganar dinero con solo mirarlas y cómo deshacerte de esas que son más inútiles que un paraguas en el desierto.
Primero, hablemos de las tareas de alta rentabilidad. Son esas gemas brillantes en tu lista de pendientes que, cuando las completas, te hacen sentir como si hubieras ganado la lotería. Son las que te acercan a tus objetivos, te generan ingresos o te hacen crecer como persona y profesional. Identificarlas es clave para enfocar tu tiempo y energía donde realmente importa.
Por otro lado, están las tareas de baja rentabilidad. Son esas pequeñas sanguijuelas que chupan tu tiempo y energía sin aportarte mucho a cambio. Son como esos amigos que siempre te piden prestado dinero pero nunca te lo devuelven. ¿Suena familiar? Bueno, pues es hora de ponerles un alto.
Pero, ¿cómo identificar estas tareas y qué hacer con ellas una vez las detectas? Aquí van unos cuantos consejitos:
- Haz un análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas): Sí, como esos que te hacían hacer en la escuela, pero más divertidos. Identifica tus fortalezas y oportunidades, y enfoca tu tiempo en tareas que las potencien.
- Calcula el ROI (Retorno de la Inversión): No te asustes, no necesitas ser un genio de las finanzas para esto. Simplemente pregunta: ¿qué tanto me va a devolver esta tarea en términos de tiempo, dinero o satisfacción?
- Prueba la regla del 80/20: El principio de Pareto en acción. El 20% de tus tareas te dará el 80% de tus resultados. Identifica cuáles son esas tareas y concéntrate en ellas como un halcón en busca de su presa.
- Automatiza, delega o elimina: Ahora viene la parte divertida. Las tareas de baja rentabilidad, esas que te roban tiempo y no te dan mucho a cambio, ¡aléjate de ellas! Automatízalas si puedes (existen miles de herramientas que pueden hacer el trabajo por ti), delégalas si es posible (nadie dijo que tenías que hacerlo todo tú mismo), o simplemente elimínalas de tu vida como si fueran ese programa de televisión que nunca te ha hecho reír.
- Valora tu tiempo como si fuera oro líquido: Porque, como ya sabes, ¡el tiempo es dinero! Así que no lo malgastes en cosas que no te acercan a tus metas.
¡Y ahí lo tienes, amigo mío! Con estos consejitos en la mano, estás más que listo para convertirte en un maestro de la productividad. Identifica esas tareas de alta rentabilidad, deshazte de las de baja rentabilidad y ¡arrasa con todo lo que te propongas!
Recuerda, querido optimista, el tiempo es como una cuenta bancaria que se va llenando segundo a segundo. ¿Qué vas a hacer con tus monedas de oro? ¿Las vas a malgastar en trivialidades o las vas a invertir sabiamente en tu propio crecimiento y éxito? La elección es tuya. ¡Ahora ve y haz que cada segundo cuente!
Si necesitas mi ayuda, el coaching y los cursos online pueden guiarte. Escríbeme a marita@maritaabraham.com y te cuento.
Si te ha gustado este episodio, no olvides suscribirte al podcast y dejarnos tus cinco estrellas y tus comentarios. También puedes seguirnos en nuestras redes sociales para estar al día de las novedades y participar en la comunidad de Gestión del Optimismo. Comparte este episodio con quien creas que puede necesitarlo.
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Cómo convertir tus minutos en dinero
¡Eh tú, maestro del multitasking! ¿Alguna vez has sentido que el tiempo se te escurre entre los dedos como agua en un colador? ¡Pues agárrate, porque vamos a hablar de cómo convertir ese tiempo perdido en dinero en el banco de la productividad!
¿Qué tal si empezamos con esa frase que todos hemos escuchado alguna vez? "El tiempo es dinero". Clásico, ¿verdad? Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar en lo profundo que es eso? El tiempo, esa cosa intangible que parece infinita pero que en realidad es más valiosa que el mejor de los diamantes. Es como si el universo nos estuviera diciendo: "Oye, amigo, solo tienes una cantidad finita de esto, así que mejor úsalo sabiamente".
Imagina que cada segundo que pasa es una moneda que cae en tu bolsillo. Cada minuto, cada hora, ¡ching, ching! Ahí van sumándose. Ahora, ¿te gustaría saber cómo malgastamos esas monedas sin siquiera pensarlo? Bueno, te lo diré: procrastinando, en redes sociales, viendo videos de gatitos en Internet, o simplemente dejando que el tiempo se desvanezca en la nebulosa del "ya lo haré después". ¿Suena familiar? ¡Tranquilo! Todos hemos estado ahí.
Pero no todo está perdido, queridos amigos optimistas. Aquí van unas cuantas pautas prácticas para que conviertas ese tiempo en monedas de oro que harían sonrojar de envidia a un dragón:
- Hazte amigo del reloj: Mide cómo usas tu tiempo en una semana normal. Registra lo que trabajas, te diviertes, lees, tonteas… ¡todo!
- Desintoxícate de las distracciones: Adiós, redes sociales. Chao, Netflix. Es hora de ponerse serios y eliminar esas tentaciones que nos roban el tiempo sin piedad. ¡Puedes hacerlo! Define qué tiempo dedicarás para estos divertimentos y enfoca en ello, resistiendo a sus amables llamadas
- Divide y vencerás: No te agobies pensando en todo lo que tienes que hacer. Divídelo en tareas más pequeñas y manejables. Verás cómo de repente todo parece mucho más alcanzable.
- Establece prioridades: No todas las tareas son igual de importantes. Aprende a distinguir entre lo urgente y lo importante, y actúa en consecuencia.
- Toma descansos estratégicos: No se trata de trabajar sin parar como un robot desbocado. Tómate pequeños descansos para recargar pilas y volver con más energía.
- Aprende a decir no: No puedes hacerlo todo, y está bien. Aprende a decir no a las cosas que no te acercan a tus objetivos.
- Celebra tus logros: Cada tarea completada es una victoria. ¡No te olvides de celebrarlo, aunque sea con un bailecito en tu silla!
¿Estás listo para darle un impulso turbo a tu productividad? Pues prepárate, porque ahora vamos a hablar de identificar esas tareas que te hacen ganar dinero con solo mirarlas y cómo deshacerte de esas que son más inútiles que un paraguas en el desierto.
Primero, hablemos de las tareas de alta rentabilidad. Son esas gemas brillantes en tu lista de pendientes que, cuando las completas, te hacen sentir como si hubieras ganado la lotería. Son las que te acercan a tus objetivos, te generan ingresos o te hacen crecer como persona y profesional. Identificarlas es clave para enfocar tu tiempo y energía donde realmente importa.
Por otro lado, están las tareas de baja rentabilidad. Son esas pequeñas sanguijuelas que chupan tu tiempo y energía sin aportarte mucho a cambio. Son como esos amigos que siempre te piden prestado dinero pero nunca te lo devuelven. ¿Suena familiar? Bueno, pues es hora de ponerles un alto.
Pero, ¿cómo identificar estas tareas y qué hacer con ellas una vez las detectas? Aquí van unos cuantos consejitos:
- Haz un análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas): Sí, como esos que te hacían hacer en la escuela, pero más divertidos. Identifica tus fortalezas y oportunidades, y enfoca tu tiempo en tareas que las potencien.
- Calcula el ROI (Retorno de la Inversión): No te asustes, no necesitas ser un genio de las finanzas para esto. Simplemente pregunta: ¿qué tanto me va a devolver esta tarea en términos de tiempo, dinero o satisfacción?
- Prueba la regla del 80/20: El principio de Pareto en acción. El 20% de tus tareas te dará el 80% de tus resultados. Identifica cuáles son esas tareas y concéntrate en ellas como un halcón en busca de su presa.
- Automatiza, delega o elimina: Ahora viene la parte divertida. Las tareas de baja rentabilidad, esas que te roban tiempo y no te dan mucho a cambio, ¡aléjate de ellas! Automatízalas si puedes (existen miles de herramientas que pueden hacer el trabajo por ti), delégalas si es posible (nadie dijo que tenías que hacerlo todo tú mismo), o simplemente elimínalas de tu vida como si fueran ese programa de televisión que nunca te ha hecho reír.
- Valora tu tiempo como si fuera oro líquido: Porque, como ya sabes, ¡el tiempo es dinero! Así que no lo malgastes en cosas que no te acercan a tus metas.
¡Y ahí lo tienes, amigo mío! Con estos consejitos en la mano, estás más que listo para convertirte en un maestro de la productividad. Identifica esas tareas de alta rentabilidad, deshazte de las de baja rentabilidad y ¡arrasa con todo lo que te propongas!
Recuerda, querido optimista, el tiempo es como una cuenta bancaria que se va llenando segundo a segundo. ¿Qué vas a hacer con tus monedas de oro? ¿Las vas a malgastar en trivialidades o las vas a invertir sabiamente en tu propio crecimiento y éxito? La elección es tuya. ¡Ahora ve y haz que cada segundo cuente!
Si necesitas mi ayuda, el coaching y los cursos online pueden guiarte. Escríbeme a marita@maritaabraham.com y te cuento.
Si te ha gustado este episodio, no olvides suscribirte al podcast y dejarnos tus cinco estrellas y tus comentarios. También puedes seguirnos en nuestras redes sociales para estar al día de las novedades y participar en la comunidad de Gestión del Optimismo. Comparte este episodio con quien creas que puede necesitarlo.
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¡Eh tú! Maestro del multitasking.
¿Alguna vez ha sentido que el tiempo se te ocurre entre los dedos como agua en un colador?
Pues agárrate, prepárate, amigo optimista, está listo porque en este episodio de gestión del optimismo
vamos a hablar de cómo convertir en serio ese tiempo perdido en dinero en tu banco de la productividad.
¡Te animas! ¡Vamos ahí!
Hola, bienvenidos a gestión del optimismo, tu podcast show.
Un espacio para convertir cada uno de tus propósitos en resultados concretos, un lugar para que pueda soñar en grande y planificar cómo convertir ese sueño en realidad,
trabajando sobre tu planificación, tu energía, tu motivación y con recursos naturales que te lleven donde deseas disfrutando el camino.
Ahora contigo tu anfitriona, Neurocoach y autora de gestión del optimismo. Marita Abraham
¿Qué tal si empezamos con esta frase que todos hemos escuchado alguna vez?
El tiempo es dinero, es un clásico verdad, pero alguna vez te has detenido a pensar en lo profundo que es eso,
el tiempo es la cosa intangible, totalmente, que parece infinita, pero que en realidad es más valiosa que el mejor de los diamantes.
Es como si el universo no estuviera diciendo "Oye amigo, solo tienes una cantidad finita de esto", así que mejor usalo sabiamente.
Winston Churchill dijo una frase que me ha impactado totalmente, el tiempo es la materia prima de que la vida está hecha.
¡Wow! Hay que tenerlo en consideración.
Imagina que cada segundo que pasa es como si una moneda cayera en tu bolsillo, cada minuto, cada hora, ching, ching, ahí van sumándose.
Ahora, ¿te gustaría saber cómo malgastamos esas monedas sin siquiera pensarlo?
Bueno, te lo diré, procrastinando en redes sociales, mirando cosas que por ahí no te aporta nada, con ese juego en el que te enganchaste en el móvil,
mirando gatitos bebés, bailecitos en las redes sociales, o simplemente dejando que el tiempo se desvanezca en esa nebulosa de ya lo haré después.
¿Te suena familiar? tranquilo, todos hemos estado ahí.
Pero no todo está perdido, queridos amigos optimistas, aquí dieron unas cuantas prácticas para que conviertas ese tiempo en dinero real, en moneditas de oro que harían sonrojar de envidia a los mismos dragones.
Primero, hazte amigo del reloj, mide cómo usas tu tiempo en una semana normal en un día cualquiera, haz un registro.
Estoy en internet y quizás puedes usar Google Calendar y ahí escribir "de tal hora, tal hora estuve en internet, de tal hora, tal hora dormir, de tal hora, tal hora fui a caminar, ve generando un registro de tiempo.
Y esto te va a ayudar a tomar conciencia de cómo usas tu tiempo cada día.
En segundo lugar, desintoxícate de las distracciones.
No te imaginas esos ladrones de tiempo, cuántas horas del día te llevan, no tomas conciencia.
Cuando quieres trabajar pon tu teléfono en modo avión, el modo avión es porque te hace volar, te hace volar, desconecta las redes sociales, desconecta la llamada.
No estés ahí pendiente que sin Netflix, que si hay algún mensaje que entra para responderlo de inmediato.
Es hora de ponerse serios y eliminar por completo esas distracciones que nos roban el tiempo sin piedad.
Tú puedes hacerlo.Define, ¿qué tiempo dedicarás a estos divertimientos?
Bien, enfócate en ello cuando le hayas designado su tiempo y resiste a sus amables llamadas en otro momento cuando quieres ser productivo.
En tercer lugar, divide y vencerás. No te agobies pensando en todo lo que tienes que hacer.
Divide las tareas grandes, en tareas pequeñas que sean manejables para ti y agendalas en bloques de tiempo.
Saca de tu cabeza eso no, yo lo tengo claro, yo me acuerdo de todo. Registra en tu agenda. ¿Qué vas a hacer en cada momento con esa tarea que has dividido?
Vas a ver, cómo de repente todo parece mucho más alcanzable.
Establece prioridades. Fíjate que yo me has escuchado decir muchas veces que la vida depende de dos grandes cosas.
Que tu éxito depende de dos grandes cosas, hábitos y prioridades.
No todas las tareas son igual de importantes. No todas te aportan lo mismo.
Aprende a distinguir entre el urgente y lo importante y actúa en consecuencia.
Aprende a distinguir, como verás enseguida, en esas tareas que te acercan de verdad a tu objetivo y aquellas que no aportan.
Quinto. Toma descansos estratégicos. No se trata de trabajar todo el día horas y horas y horas y horas como si fueras un robot desbocado.
Tomate pequeños descansos para recargar pilas y volver con más energía. Quizás puedas trabajar una hora y tomarte 5-10 minutos, ponerte de pie,
estirarte, salir un poco al sol. Toma descansos a lo largo del día que te van a servir para recargar la fuerza y para seguir con mayor productividad y enfoque.
Y aquí algo especial para muchos de mis amigos porque es el tema sobre el que más libros se ha escrito en productividad.
Aprende a decir no. No puedes hacerlo todo y está bien. Aprende a decir no a cosas que te alejan de tus objetivos. Aprende a decir no a esas personas que lo mejor te quieren invitar a cosas que quizás ser interesantes, pero que en este momento no puedes.
Aprende a decir no sin miedo a que te rechacen, a que no te quieran. Puedes decirlo con amabilidad, puedes decirlo con una sonrisa. Puedes explicar, pero diga que no cuando aquello que te ofrecen o aquello que te piden te aleja de tus objetivos.
Celebrar tus logros. Mucha veces estamos tan agobiados, estamos tan enfocados en hacer cosas que nos olvidamos de celebrar. Si algo salió mal, si que nos damos fuerte, nos enojamos y nos enfadamos.
Pero si salió bien, no celebramos lo suficiente. Cada tarea completada es una victoria. No te olvides de celebrarlo. Aunque ser un bailécito en tu silla, aunque ser un pequeño premio. Yo, por ejemplo, me preparo un café con mucha espuma de esas que me encanta. Me pongo mi cancioncita y a festejar
Estos tips te pueden servir para ser muy productivos, pero si de verdad quieres darle un impulso turbo a tu productividad que, wow, vaya para arriba, pues prepárate porque ahora vamos a hablar de identificar esas tareas que te hacen ganar dinero o ganar satisfacción, con solo mirarlas.
Y cómo deshacerte de esas que son más inútiles que un paraguas en el desierto.
Primero, hablemos de las tareas de alta rentabilidad. Son esas gemas brillantes en tu lista de pendientes que cuando las completas te hacen sentir pleno, feliz, te hacen sentir satisfecho, hacen que el día haya valido la pena.
Te sientes cómo si hubiera ganado la lotería. Son las que te acercan a tu objetivo, te generan ingresos, te hacen crecer como persona y profesional, te acercan a tu familia y te hacen tener una relación satisfactoria para ti.
Identificarlas es clave para enfocar tu tiempo y energía donde realmente importa. Si estás en tu trabajo, por ejemplo, una tarea de alta rentabilidad son las entrevistas de venta, son el pasar la propuesta pronto y efectivamente.
Por otro lado, están las tareas de baja rentabilidad. Son esas pequeñas sanguijuelas, que chupan tu tiempo y energía sin aportarte mucho a cambio.
Son como esos amigos que siempre te piden prestado dinero, pero nunca te lo devuelven. ¿Suenan familiares? Bueno, es hora de ponerle un stop. ¿Cómo identificar estas tareas? ¿Y qué hacer con ellas una vez que las detectas?
Aquí unas cuantas consejitos de gestión del optimismo, este podcast que te ayuda a transformar tus proyectos, tus ideas, tus ganas en resultados concretos.
En primer lugar, recuerdas el análisis Foda, cuantas veces te dijeron que hicieras ese análisis para la empresa, pero lo vas a hacer para ti.
Fortalezas, oportunidades, debilidades amenazas. Y si, el Foda lo vas a utilizar para identificar tus fortalezas y tus oportunidades.
Y sabes que todo tiempo que enfoces ahí, en tareas que potencian tus fortalezas y que te permiten alcanzar tus oportunidades, son tareas de alta rentabilidad.
Calcula el ROI, " retorno de la inversión, "Ah Marita no te metas con temas financieros
hoy, no no no no no no te asustes, no necesitas ser un genio de las finanzas para esto",
simplemente preguntate ¿qué tanto me va a devolver esta tarea en términos de tiempo, de
dinero o satisfacción? Si yo invierto mi tiempo, ese tiempo valorable en esta tarea voy
a sacar algo de ahí, va a ser provechoso para mí, ¿cuál es el costo de oportunidad de
esta tarea? Si yo pongo tiempo en esta tarea, mido que me retorna y pongo tiempo en esta
otra y mido que me retorna, con cuál de las dos tareas, voy a recibir un retorno mayor.
Te repito, no sólo en dinero, satisfacción, aprendizaje, impacto en tu vida, calcula ese
ROI. Prueba la regla de Pareto, la regla de los
80/20, ¿qué decía este principio? Que el 20% de tus tareas te va a dar el 80% de tus resultados.
Si lo empiezas a mirar, vas a ver que es así. Hay tareas que haces a lo largo del día,
que realmente impactan fuertemente en tus resultados. Identifica claramente esas tareas y concentra
tareas como un halcón en busca de su presa. Aquí mi regla de oro, automatiza, delega o elimina.
Vas a ver en mis redes sociales que yo les voy enseñando diferentes programas, de esos
programas gratuitos, ese software que puedes poner en tu teléfono y que te ayudo un montón
a automatizar cosas. Amo la automatización. ¿Cuál es la parte divertida? Las tareas de
baja rentabilidad, esas que te roban tiempo y no te dan mucho a cambio, alejate de ellas.
Automatiza las hipones, existen miles de herramientas que hacen el trabajo por ti. Delégalas
si es posible. Quién dijo que tenías que hacerlo todo tu mismo. O simplemente eliminalas
de tu vida como si fueran ese programa de televisión que nunca te hizo reír. ¿Qué
programas puedes utilizar? Pues mira, puedes utilizar Google Keep o yo ya te voy a enseñar
a usar un automatizador que te va a sorprender. Sigue el podcast más adelante y vas a ver
de lo que te digo. Hoy la inteligencia artificial te permite un montón de automatizaciones.
Quizás quieras realizar mi curso de inteligencia artificial con productividad porque te va a
ayudar muchísimo en solo seis semanas, a identificar cada uno de los pasos que
te lleva a ser más productivo, automatizando todas las tareas de baja rentabilidad y realizando
tu mismo de la mejor manera las de alta rentabilidad. Y por último, valora tu tiempo como
si fuera oro líquido. ¿Qué sabes? El tiempo es dinero. Te lo han dicho mil veces. Así
que no lo malgastes por favor en cosas que no te acercan a tus metas. Lo decía Churchill,
lo dijo tantas veces el tiempo es la materia prima de que la vida está hecha. Cuando pierdes
tiempo, no es tiempo lo que se va. Es parte de tu vida. Cuando tomamos conciencia de esto,
nos damos cuenta que lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos, por nuestra autoestima,
por nuestra valía personal es aprovechar nuestro tiempo al máximo, es aprovechar la
vida con todo lo que tiene para ti. Ahí lo tienes, amigo, amigo, amigo, optimista que con
estos consejos de estas ideas que te damos en Gestión del optimismo estés mucho más
listo para convertirte en un maestro de tu productividad personal. Identifica estas
tareas de alta rentabilidad y deshazte todo lo que puedas de las de baja rentabilidad y
arrasa con todo lo que te propongas. Recuerda querido optimista, el tiempo es como una cuenta
bancaria. Hablábamos en el capítulo anterior de la cuenta corriente emocional. Ahora vamos a
hablar de la cuenta corriente de tu tiempo. Se va llenando segundos a segundos con el tiempo
que inviertes y se va vaciando segundos a segundos con ese tiempo que malgastas. ¿Qué vas
en trivialidades o las vas a invertir
seriamente en tu propia felicidad, en tu propio crecimiento, en tu propio éxito
¡La elección es tuya! ahora ve por ahí y haz que cada segundo cuenta.Si necesitas mi
ayuda al coach y los cursos online pueden guiarte. En este mismo podcast en las notas tienes
todas mis redes sociales, contesto cada uno de los mensajes o puedes escribirme a Marita
marita@maritaabraham.com. Habla conmigo, estoy a tu disposición. Si te ha gustado este episodio,
no olvides suscribirte al podcast, dejarnos tus cinco estrellas y tus comentarios. Si crees
que hay algún amigo, alguna persona a quien le puede servir, por favor compártelo y ayudanos
a crecer con gestión del optimismo. Adiós y haz que cada segundo cuente
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