Cuando escribí gestión del optimismo, hubo un efecto inesperado.
La gente pensó que yo tenía que estar todo el día alegre, súper, súper feliz, como unas
castañeras. Es que hay una confusión generalizada entre la alegría, la felicidad, y la persona
que está triste, pareciera o se confunde con una persona deprimida. Pues también contar
algo, ya tenemos confianza entre tú y yo. Estoy pasando por un momento muy triste. Quizás
recuentes sorprendentes, viniendo de mí, de la autora de gestión del optimismo, alguien
que siempre defiende la actitud positiva en la vida. Y por eso hoy te voy a sorprender
contándote que la tristeza es positiva, que la tristeza es un aliado inesperado en tu
vida. Al compartir mis conocimientos sobre cómo cultivar la felicidad y el optimismo,
por ahí he creado una expectativa, o quizás una exigencia, de que siempre debes estar
alegre, de que siempre debes estar bien, de que toda la energía debe ser positiva. Pero
en realidad, hoy quiero hablarte de la tristeza y quiero explicarte por qué quizás la tristeza
es lo mejor que podría pasarte. Vamos conmigo a gestión del optimismo.
Hola, bienvenidos a gestión del optimismo. Tu podcast show. Un espacio para convertir
cada uno de tus propósitos en resultados concretos, un lugar para que puedas soñar en grande
y planificar cómo convertir ese sueño en realidad, trabajando sobre tu planificación,
energía, tu motivación y con recursos naturales que te lleven donde deseas disfrutando
el camino. Ahora contigo tu anfitrión, Neurocoach y autora de gestión del optimismo. Malita
Abraham. Como cualquier ser humano, experimentamos la tristeza. Hoy vamos a hablar desde ese lugar
de vulnerabilidad y vamos a explorar la verdad sobre la tristeza, su propósito en nuestro
cerebro, nuestra vida y cómo puede ser una herramienta muy poderosa para tu crecimiento
personal, para la superación personal, pero sobre todo para estar bien, para alcanzar
tu equilibrio en la vida. Es verdad que nuestra sociedad exalta la felicidad, la positividad,
son estados emocionales, deseables y muchas veces casi obligatorios. En este contexto,
la tristeza es vista como una emoción negativa que debe ser evitada a toda costa. Y esta
visión simplista no hace justicia real a la complejidad de cada una de nuestras experiencias
emocionales ni a ese rol crucial que desempeña la tristeza en nuestra vida. Lejos, muy lejos
de ser una enemiga, es una herramienta muy poderosa que va a ofrecerte una oportunidad única
de crecimiento y de superación personal. Hemos hablado ya de qué son las emociones, esa
reacción química que tiene nuestro organismo ante un determinado estímulo. Desde una perspectiva
neuroviológica, la tristeza es una emoción fundamental que forma parte de ese espectro tan
completo y complejo de nuestras experiencias humanas. ¿Cuánto está su origen en la misma estructura
cerebral que regula otras emociones básicas como la migdala y el sistema límbico? La tristeza
es una señal muy clara de que algo en nuestro entorno o en nuestra vida interna necesita nuestra
atención y nuestra reflexión. La tristeza nos informa de qué es necesario parar un poquito,
de qué es necesario escucharnos, qué es necesario realmente analizar que nos está pasando y
mirar hacia adentro. ¿Recuerdes esa maravillosa película donde la tristeza era esa muñequita
azul? Pues nada, quizás tengamos que verla de nuevo y recordar esta rol fundamental
de la tristeza. La cultura de la positividad constante puede ser perjudicial porque minimiza
la importancia de experimentar y de aceptar esta emoción de la tristeza. Esta negación
puede conducir un montón de problemas como acumular estrés, generar ansiedad y si
no le prestamos suficiente atención, si puede derivar en una depresión. Al suprimir la tristeza,
perdemos la oportunidad de entendernos, de aprender, de crecer a partir de nuestras experiencias,
pero sobre todo, sobre todo, de curarnos, de sanar el alma. La tristeza te está contando
algo, sientate con ella, baja turismo y escucha. ¿Qué pueden pasar con la tristeza? ¿Qué
beneficios puede darte el gestionarla en tu vida? En primer lugar, la tristeza te va a ayudar
a procesar las pérdidas. De alguna manera, la tristeza es como ese comienzo del duelo. Cuando
experimentamos una pérdida de una persona querida, de una oportunidad que perdemos, de un sueño
que habíamos abraçado con algo, incluso de algo material que nos han robado, nos han
quitado o simplemente hemos perdido y no sabemos dónde. La tristeza nos va a ayudar a
lentizar a ir más lento y reflexionar sobre qué significaba para nosotros. Este proceso
crucial, primero, para la aceptación de lo que pasó, sobre todo si no puedes cambiarlo.
Pero también para encontrar un nuevo equilibrio emocional. ¿Cómo es mi vida ahora? ¿Cómo
voy a capitalizar esa pérdida, aunque pareciera algo absolutamente contradictorio? ¿Cómo
voy a hacer para seguir teniendo esa persona en mi vida o para recuperar aquello material
que perdí o para crear una nueva oportunidad usando el aprendizaje de la oportunidad perdida?
La tristeza es ese momento interno absolutamente necesario para procesar la pérdida. En segundo
lugar, la tristeza nos permite fomentar nuestra empatilla y conexión. Al sentir tristeza,
nos volvemos mucho más conscientes de lo que está pasando de nuestras vulnerabilidades
y también con eso mucho más empático con el otro. La tristeza puede fortalecer nuestras
relaciones al permitirnos compartir nuestras luchas y recibir de alguna manera un apoyo emocional.
Nos abre a que el otro nos ayude y nos apoye y nos hace también vulnerables y receptivos
a ese apoyo. La tristeza también nos estimulan la resolución de problemas. Nos motiva hacer
cambios. Al señalarnos que algo no está bien, nos impulsa a identificar qué pasa, cuál
es el problema y buscar soluciones. No inores la tristeza. Te está rando información sobre
ti. A veces estamos tan metidos en el día a día que no nos damos cuenta que necesitamos
ese tiempo interior. Esta introspección puede llevarnos a tomar decisiones mucho más
informadas a implementar cambios, transformaciones positivas en nuestra vida. La tristeza nos
ayuda a tener aceptación emocional. Aceptar que es normal y está saludable sentirse triste
en algunos momentos es el primer paso para que nuestra vida sea emocionalmente equilibrar.
No podemos estar todo el tiempo arriba. No podemos estar todo el tiempo. ¡Pump, pump,
pump arriba! ¡Yah! ¡Wow! No. A veces tenemos que estar un poquito más abajo e incluso la
tristeza nos hace valorar los momentos de alegría. Es ese contraste lo que buscamos en la
vida. La tristeza no es una señal de debilidad, no es un fallo personal. Es una parte natural
de la condición humana y la bienvenida a brazarla es también aceptarnos y crecer.
La tristeza nos permite la integración de las emociones. Al integrarla vamos a desarrollar
una mayor resiliencia, reconocer aceptar estas emociones que no son tan positivas, nos permite
aleman dejarlas de una manera mucho más efectiva. En lugar de dejarte se acumulan y se acumulan
y se acumulan y ahí sí exploten y tengamos una crisis. Es mejor decir este fin de semana
me voy a quedar, voy a vivir mi tristeza, voy a entender la voy a ver qué pasa conmigo.
Eso es mucho más positivo que aguantar y aguantar y yo soy fuerte y yo puedo y de repente
todo explota. La tristeza también nos da la oportunidad de profundizar en nuestro autoconocimiento
y clave en tu desarrollo personal y profesional el autoconocimiento. Al mirarte cara a cara con
tus emociones puedes descubrir aspectos de ti mismo que de otro modo permanecerían ocultos.
El proceso de autoconocimiento es esencial para el crecimiento personal, para la autorrealización
y para el equilibrio. Empezar a nombrar tus emociones, empezar a distinguir no es lo
mismo la tristeza que es la pena por allí. Al mejor puedo tener una pena por algo, no
tan situario, pasa rápido pero la tristeza es más profunda y tengo que entenderla. Entonces,
nos vamos a contar de este rol de la tristeza. Si logrado transmitirte esto, cómo aprovechar
la tristeza para superarte? ¿Cómo hacerlo a nivel también profesional? Porque en el ámbito
profesional muchas veces nos sentimos triste porque algo no salió bien y esa frustración
puede ser capitalizada en positivo. En primer lugar frente a esta emoción, yo te recomiendo
la reflexión y la autoevaluación. Quédate quieto. Baja absolutamente el ritmo. Cierra
tu agenda, desconecta tu teléfono si te hace falta. Decide esta tarde me dedico a mi tristeza,
esta tarde me la dedico a mí. Utilice este momento para reflexionar sobre tu vida, sobre
tus prioridades. Pregúntate por qué te sientes así, qué te ha traído a este momento, qué
podrías hacer para mejorar tu bienestar? ¿Qué es lo que echas de menos de aquello que
perdiste o de aquello que se alejó? ¿Cuál es la causa real de esta tristeza y cómo vas
a abordarla? La segunda cosa que te recomiendo es la creatividad y la expresión. Cuando estás
triste necesitas abrir tu mente a nuevas cosas, ¿qué puedo hacer para canalizar esto? ¿Cómo
puedo expresarlo? Muchas obras de arte, de música, de literatura han nacido emociones de
tristeza. Utiliza la tristeza como una inspiración para crear algo nuevo en tu vida, para expresarte,
incluso puede ser muy terapéutico. Una forma de abordar esta tristeza es escribir un
diario. Una forma de abordarla es, si te gusta pintar o dibujar, tratar de ponerle expresión,
materializar esa tristeza en algo visible. Si te gusta la música, puedes escribir una canción,
con un poema. Expresa la tristeza. Haz la tangible fuera de ti. Clave, absolutamente clave,
para que la puedas mirar, para que la puedas entender, para que encuentres esas partes de tu
subconsciente o de tu inconsciente que te están dando información, precisa y necesaria.
El tercer punto que te recomiendo es que busque apoyo. No dudes en buscarlos cuando estás triste.
Habla con amigos, habla con familiares, busco un profesional que pueda ofrecer te perspectivas
valiosas y ayudarte a sentirme no solo en tu experiencia. El profesional puede ayudar a cuestionarte.
También puede hacerlo un amigo, también puede hacerlo un familiar querido, alguien que te
conozca, busca en quien está en este apoyo. Ojo, no estamos hablando de que te vayas de fiesta para
olvidarte de la tristeza. Porque eso es lo que te dice todo el mundo. Vamos, vamos, vamos de
parranda y con eso chao, tristeza superada. No, no se trata de eso, se trata de llamar a alguien y
decirle, necesito hablar, estoy triste. Necesito que me escuches, necesito que me abraces. No descartes
la importancia del abrazo, del contacto físico. Yo digo siempre que un buen abrazo te reinicia.
Yo vivo sola y cuando estoy con mis hijos, ay por Dios te cuesta ganas de abrazarles fuerte,
fuerte y me hace sentir también. Hoy, ahora que estoy en estos días de tristeza,
cuánta le quería medar esa amiga, ese amigo que viene y me dan un buen abrazo y me escuchan
y me acompañan. Busca apoyo por favor. No necesitas atravesar la tristeza solo.
También practica la auto empatilla. Se amable contigo mismo, se paciente. Se te siente triste,
permite lo, permite te lo. Reconoce que es una emoción válida que es necesario en tu vida.
Tras trateco la misma compasión que le darías a una persona querida en una situación similar.
Date algún mismo. Algo que realmente te ayude a sentirte bien. A lo mejor,
prepararte una comida con esmero que alimente tu cuerpo, cuente una música que te acompaña y que
esté atono con esto que sientes. Pero sobre todo no te abandones. No uses la tristeza para bajar
aún más tu energía. Que estás triste trata por lo menos de comer bien, trata por lo menos de
respirar aún. Trata de ponerte en contacto con la naturaleza. Ayuda a tu cuerpo a recuperar
energía. La tristeza es ese bajón del cuerpo que en algún momento necesitas revertir.
Entonces no lo empeores. Trabaja sobre tu energía.
Querido amigo, amiga, optimista. La tristeza no es una emoción que debe a ser temida o evitada.
Muy por el contrario entiende tu tristeza y aprovechala. A la aceptar y utilizar la tristeza
podemos aprender más sobre nosotros mismos, podemos fortalecer nuestras relaciones, podemos
encontrar caminos hacia una vida mucho más plena y auténtica. La próxima vez que sientas
tristeza recuerda que es una parte muy valiosa de tu viaje emocional. Una señal maravillosa de
tu manidad y una puerta hacia el crecimiento y la superación personal. Si quieres me ayuda,
mi coaching, mi compañía, ya sabes que puedo acompañarte, que están mis cursos online,
que pueden ser de gran ayuda para ti. Solo tienes que contactar conmigo en mi mail que están las
notas o también a través de cualquiera de las redes sociales. Me puedes seguir en Instagram,
en Facebook, en LinkedIn, en todas ellas estoy activa y dándote contenido de valor. Si te
gustaba este episodio o conoces a alguien a quien le podría servir, por favor compártelo.
Voy a valorar mucho tus comentarios y si quieres que nos dejes esas cinco estrellas en
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valor para ti. Por favor si estás pasando un momento de tristeza, siempre estoy contigo.
Nos vemos pronto, nos vemos siempre en este vídeo. ¡Vamos a ver!
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